Nos encontramos en pleno Parque Natural Sierra de Grazalema y contamos con permiso, requerido para poder realizar este recorrido.
El camino muy bien señalizado comienza en la carretera de Benamahoma a Grazalema, a poco de pasar el kilómetro 40, encontramos una zona de aparcamiento a la derecha y el comienzo del sendero a la izquierda, a los pocos metros de iniciarlo encontramos una cancela con un cartel con la información de las fechas en que se encuentra abierto, tras cruzar dicha cancela solo tenemos que seguir el camino que nos conducirá hasta lo más alto de esta impresionante mole caliza.
A medida que vamos ascendiendo, a menudo tenemos que parar, girarnos y apagar los frontales y linternas para contemplar la panorámica que tenemos ante nosotros, todo un inmenso mar de luces, que van desde la Bahía de Algeciras, Cádiz, El Puerto, Jerez, los pueblos cercanos de Ubrique, Arcos, Bornos, hasta la provincia de Sevilla, además de las aguas de los pantanos como un mar de plata iluminado por el reflejo de la luna llena.
La parte final del recorrido entraña un poco de dificultad, debemos andar con cuidado y usar las manos en determinados momentos, unos cien metros finales y estamos arriba, al otro extremo por la cara norte la sierra se desploma en una gran caída vertical.
El esfuerzo ha merecido la pena, tenemos ante nosotros un espectáculo fabuloso que quedará en nuestras retinas por mucho tiempo, el sol empieza a abrirse camino entre las montañas y las primeras luces del alba lo tiñen todo de colores.
Las vistas que obtenemos desde la cumbre son espectaculares: Por el norte, la Garganta Verde, El Pinsapar, Los llanos de Rabel, Algodonales, el pantano de Zahara, los picos de Algarín y Las Grajas y parte de la provincia de Sevilla; al Sur el Simancón y el Reloj, La Silla siempre omnipresente, Prado del Rey, Arcos, los embalses de Guadalcacín, Los Hurones y Bornos, al Este: Ronda, la Sierra de las Nieves y hasta Granada y al Oeste La Bahía de Algeciras y El Estrecho.
Allí nos quedamos largo tiempo admirando el lugar, haciendo fotos y reponiendo fuerzas.
Ya en el camino de vuelta, de día, divisamos a lo lejos algún ejemplar de cabra montés que siempre andan por estas alturas y varios pinsapos.
Magnífico reportaje Paco, como siempre. Enhorabuena.
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