El Pico de Albarracín cuyo vértice geodésico está situado a 975 metros de altura, se encuentra entre los términos municipales de El Bosque, Benaocaz y Grazalema, en pleno Parque Natural Sierra de Grazalema, y aunque de menor altitud respecto a sus muchos hermanos mayores que componen este Parque Natural, entre los que destaca El Torreón techo de la provincia, no desmerece a ninguno en cuanto a la belleza y a las vistas que nos ofrece desde su cima, además de entrañar cierta dificultad en su ascensión.
Esta caminata comienza en el área recreativa de Los Llanos del Campo en Benamahoma, lugar de inicio de varias rutas por la zona, desde allí tomamos la senda que nos llevará hacia el Cerro del Albarracinejo buscando el Cortijo de las Zahurdas, tras un descanso en dicho lugar para tomar aliento, fotografiar las ruinas, un par de pilones labrados a mano y un pozo habitado por varios tritones, continuamos buscando el Llano de los Fósiles, estamos en territorio bandoleros y nos cruzamos con varios corredores que estrenan para dicha prueba, desde este llano encaramos la ascensión al Pico Albarracín por la parte más directa y dura, tras un empinado repecho por una estrecha vereda con el suelo bastante resbaladizo, conseguimos coronar la cima, las vistas desde arriba son una pasada:
Si nos orientamos por las agujas del reloj, nos encontramos con el Bosque a nuestros pies y si levantamos la vista, la sierra de Montellano y la de Esparteros en Morón, continuando con la sierra del Labradillo, Margarita y Zafalgar.
Mirando al Este nos encontramos con el imponente pico del Torreón y sus 1654 m. delante de nosotros, a sus pies Benamahoma y a la derecha la Sierra del Endrinal, con el Simancón, el Caíllo y Navazo alto.
Y si seguimos girando, la impresionante Sierra de la Silla, con el Pico del Adrión y la cola del embalse de los Hurones.
Tras recrearnos con las vistas es hora del descenso, que realizamos por la vertiente contraria a la que hemos traído, buscando Cerro Ponce para localizar la vereda de regreso hacia el carril donde se encuentra la caseta del vigilante, por el camino nos encontramos un par de pozos y pilones, una vez en el carril pasamos por la zona de despegue de parapentes hasta encontrar la vereda que en continua subida nos lleva al Cerro de las Cuevas y el espectacular Bosque de Madroños, desde allí pasamos por un "perezoso" de agua estacional, camino nuevamente del Cortijo de las Zahurdas para descender ahora por la vereda que nos lleva hasta el Arroyo y la Fuente del Descansadero y al punto de inicio de la ruta.